Tampoco es tan terrible.
Publicado en 25 de Diciembre, 2005, 14:44.
en ¿Y POR QUÉ ME CUENTAS TU VIDA?.
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Etiquetas: personal, navidad
Ya pasó el día, la temida noche de Nochebuena. ¡No hay mal que cien años dure!
Allá en la casa, cada uno intentaba superar la ausencia de ella -tan presente- a su manera... y a veces la manera de uno resultaba molesta para otro... en fin, déjalo ir.
Cuando cerré la puerta al irme ya sabía lo que temía comprobar:
que aunque había un sitio vacío en la mesa, no había sitio para mí.
Hoy aquí estoy, disfrutando de la tranquilidad de mi apartamentito.
Nada de resaca.
Mi hijo se fue a comer con la familia de su padre, y la gata duerme hecha un ovillo sobre la manta del sofá.
En la bandeja muchos chocolates, bombones y cosas ricas.
En la tele ponen una maratón de la serie "Perdidos" a la que me aficionó mi hijo.
En la calle la llovizna que espanta al frío.
Casi ni me importa decir:
"feliz navidad"
y aprovechar la costumbre establecida para tomar unos sorbitos de riquísimo cava
(catalán, por supuesto)
Casi siempre, el miedo hace que las cosas parezcan mucho más terribles de lo que en realidad son cuando ocurren.
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