Este dia gris en primavera atrae nostalgias, bostezos -lánguidos o no- e invita a café y sofá
Ayer el sueño se resistió a venirse a la cama conmigo, y estuvimos enfadados toda la noche, pero esta mañana el despertador sonó sádico en su terquedad con su timbre irritante.
No pensé que era viernes, sólo que el día venía hacia mí como una apisonadora. Menos mal que algunos resortes sanos que aun me quedan en el cerebro, hacen sus deberes y en poco tiempo convierten esa pesadilla del despertar en una inauguración de puertas abiertas... -aunque pocas veces asista gente-
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