habías olvidado que seguías en prisión remunerada de régimen abierto, hasta que esta mañana sonó la alarma del móvil y te llevó de nuevo detrás de los barrotes.
allá tú, si te empeñas en verlo así.
mira por la ventana, ahí siguen los mirlos al tajo, empeñados en sus lombrices. sábados y domingos incluídos.